viernes, 29 de marzo de 2013



DISLALIAS

A continuación, en el siguiente enlace, podemos encontrar la relación de todos los fonemas y de las actividades que se debe llevar a cabo para rehabilitar su articulación.








DISLALIAS

Trastorno en la articulación de los fonemas por alteraciones funcionales de los órganos periféricos del habla (labios, lengua, velo del paladar). Se trata de una incapacidad para pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas.

La dislalia puede afectar a cualquier consonante o vocal, pero suele darse una mayor incidencia del problema en ciertos sonidos; en unos casos porque requieran mayor agilidad y precisión de movimientos, como sucede con la /r/; en otras ocasiones porque el punto de articulación no es visible y se puede hacer más difícil su imitación, como la /k/, y a veces porque existen sonidos, como la /s/, en los que hay una mayor tendencia a deformar las posiciones articulatorias de la lengua.
La dislalia es una de las anomalías del lenguaje que con más frecuencia se presenta en los centros escolares, sobre todo en el alumnado de infantil y primer ciclo de primaria. Asimismo dentro de las alteraciones del lenguaje está entre las que tienen un pronóstico más favorable. Para la denominación de las distintas dislalias, según el fonema afectado, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del fonema de que se trate, con la terminación “tismo” o “cismo”. Así hablaremos de:
  • Rotacismo: la no articulación del fonema /r/.
  • Ceceo: pronunciación de /s/ por /z/.
  • Seseo: pronunciación de /z/ por /s/.
  • Sigmatismo: la no articulación del fonema /s/.
  • Jotacismo: la no articulación del fonema /x/.
  • Mitacismo: la no articulación del fonema /m/.
  • Lambdacismo: la no articulación del fonema /l/.
  • Numación: la no articulación del fonema /n/.
  • Nuñación: la no articulación del fonema /ñ/.
  • Kappacismo: la no articulación del fonema /k/.
  • Gammacismo: la no articulación del fonema /g/.
  • Ficismo: la no articulación del fonema /f/.
  • Chuitismo: la no articulación del fonema /ch/.
  • Piscismo: la no articulación del fonema /p/.
  • Tetacismo: la no articulación del fonema /t/.
  • Yeismo: la no articulación del fonema /ll/.
  • Chionismo: sustitución de /rr/ por /l/.
  • Checheo: sustitución de /s/ por /ch/.

 SINTOMATOLOGÍA

El lenguaje de un niño dislálico, si se encuentra muy afectado al extenderse la dificultad a muchos fonemas, puede llegar a hacerse ininteligible, por las continuas desfiguraciones verbales que emplea, como ocurre en las dislalias múltiples. Los errores más frecuentes que encontramos en un niño dislálico son:
  • Sustitución
    • Error de la articulación en que un sonido es reemplazado por otro. El alumno se ve incapaz de pronunciar una articulación concreta, y en su lugar, emite otra que le resulta más fácil y asequible. Por ejemplo, dice “lata” en lugar de “rata”.
    • También puede darse este error de sustitución por la dificultad en la percepción o discriminación auditiva. En estos casos, el niño percibe el fonema, no de forma correcta, sino tal como el lo emite al ser sustituido por otro. Por ejemplo, dice “jueba” en lugar de “juega”.
  • Distorsión
    • Hablamos de sonido distorsionado cuando se da de forma incorrecta o deformada, pudiéndose aproximar más o menos a la articulación correspondiente. Es decir, cuando no siendo sustitución, no emite el sonido correctamente.
    • Las distorsiones suelen ser muy personales siendo muy difícil su transcripción al lenguaje escrito. Generalmente son debidas a una imperfecta posición de los órganos de articulación, o a la forma improcedente de salida del aire fonador. Por ejemplo, dice “cardo” en lugar de “carro”.
    • La distorsión junto con la sustitución son los errores más frecuentes.
  • Omisión
    • El niño omite el fonema que no sabe pronunciar. En unas ocasiones la omisión afecta solo a la consonante, por ejemplo, dice “apato” en lugar de “zapato”. Pero también se suele presentar la omisión de la sílaba completa que contiene dicha consonante, por ejemplo, dice “lida” en lugar de “salida”. En los sinfones o grupos consonánticos en los que hay que articular dos consonantes seguidas, como “bra”,”cla”, etc., es muy frecuente la omisión de la consonante líquida cuando existe dificultad para la articulación.
  • Adición
    • Consiste en intercalar junto al sonido que no puede articular, otro que no corresponde a la palabra. Por ejemplo, dice “balanco” en lugar de “blanco”, “teres” en lugar de “tres”.
  • Inversión
    • Consiste en cambiar el orden de los sonidos. Por ejemplo, dice “cocholate” en lugar de “chocolate”.
"Es preciso no confundir una dislalia funcional que ya tiene un carácter patológico por una función anómala de los órganos periféricos, con una dislalia de evolución que no es más que el defecto de articulación normal en la evolución del lenguaje. Pero si esta articulación defectuosa persiste pasados los 4 ó 5 años, ya puede tener un carácter patológico y será conveniente comenzar lo antes posible el tratamiento adecuado. Si no se atiende debidamente, el defecto se afianza, los órganos fonatorios pierden plasticidad y su corrección se hará cada vez más costosa" (Pilar Pascual).
Frecuentemente se aborda el tratamiento de la dislalia funcional con dos estrategias: intervención indirecta e intervención directa.

La intervención indirecta tiene por objeto conseguir la maduración de los órganos fonatorios y por lo tanto sus apartados son similares a los que hemos mencionado al hablar de la estimulación del lenguaje oral en la Educación Infantil aunque, cuando hablamos de dislalias funcionales, su finalidad es ya más correctiva que preventiva y los ejercicios, aunque han de seguir siendo motivantes, tienen un componente menos lúdico.

La intervención directa intenta la articulación del fonema-problema y la generalización de éste en el lenguaje espontáneo. Continúa con ejercicios del tratamiento directo pero incide fundamentalmente en el punto y modo de articulación.

Intervención indirecta

Enumeramos a continuación una serie de ejercicios propios de la intervención indirecta, esto no quiere decir que debamos realizar todos o la mayoría de estos antes de iniciar la intervención directa, sino que seleccionaremos aquellos que guardan relación con la causa de la dislalia y los realizaremos como unos ejercicios más del tratamiento directo dentro de la misma sesión. En este sentido José R. Gallardo Ruiz es partidario de "intervenir siempre directamente intentando la producción correcta del fonema. A veces basta con explicar al niño la posición correcta de los órganos articulatorios, la salida del aire fonador y la tensión necesaria en los labios y lengua para que, en pocas sesiones, se produzca el fonema correcto y pasemos al afianzamiento y la generalización; con ello hemos ahorrado un tiempo y un esfuerzo nada despreciables".
Pese a lo anterior deberemos interrumpir el tratamiento directo y centrarnos sólo en el indirecto cuando:
  • El niño parece muy ansioso por el problema del habla.
  • El trastorno del habla es muy amplio.
  • El niño comienza a tartamudear.
Ejercicios de respiración
La función respiratoria tiene como objetivo lograr la coordinación entre la inspiración, pausa y espiración localizadas en la zona costodiafragmática.
Los ejercicios podemos hacerlos acostando al niño en una colchoneta o también de pie, siempre con ropa floja.
  • La inspiración será nasal, profunda y regular (como oliendo una flor), el aire se retendrá unos segundos para a continuación hacer una espiración preferentemente bucal, aunque introduciremos también algún ejercicio de espiración nasal.
Para percibir el movimiento costo-diafragmático podemos poner un objeto encima del abdomen o bien las propias manos. Una vez automatizada la respiración costo-diafragmática podemos hacer los siguientes ejercicios.
1.     Inspiración nasal lenta y profunda (oliendo una flor). espiración nasal de la misma forma.
2.     El ejercicio anterior pero con espiración bucal.
3.     Inspiración nasal lenta y profunda. Retención. Espiración contando: primero hasta 3, luego hasta 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10; según la edad del niño.
Lo anterior puede hacerse de pie y con elevación de brazos, así como introducir otras variantes.

Ejercicios de soplo
  • Apagar velas, inflar globos, tocar el silbato, la flauta, la armónica, voltear figuras de papel.
  • Soplar la llama de la vela sin apagarla, plumas, papel, etc.
  • Desplazar barquitos de papel sobre el agua, hacer mover figuras colgantes, hacer pompas de jabón.
  • Hacer burbujas, soplar un molinillo, desplazar objetos rodantes sobre la mesa, mantener una pluma en el aire, mover una hilera de flecos de papel.
Ejercicios de mandíbula
  • Abrir y cerrar la boca lentamente.
  • Abrir y cerrar la boca rápidamente.
  • Abrir la boca despacio y cerrarla deprisa.
  • Abrir la boca deprisa y cerrarla despacio.
  • Masticar.
  • Mover la mandíbula inferior de un lado a otro alternativamente.
Ejercicios de mejillas
  • Inflar las mejillas, juntas y separadas.
  • Movimiento de enjuague de la boca (inflar y ahuecar alternadamente).
  • Empujar con la lengua las mejillas hacia fuera.
Ejercicios de "alas" nasales
  • Movimiento de inspiración forzada. (Estrechamiento de orificios nasales).
  • Movimiento de espiración forzada.
  • Dilatación y retracción voluntaria de los orificios nasales.
Ejercicios del velo del paladar
  • Bostezar.
  • Toser.
  • Hacer gárgaras.
  • Carraspear.
  • Con la boca abierta, inspirar por la nariz y espirar alternadamente por la boca y la nariz.
Ejercicios de labios
  • Sonrisa con labios juntos.
  • Sonrisa con labios separados.
  • Proyectar los labios fruncidos (beso).
  • Proyectar los labios hacia delante, abrir y cerrar el orificio bucal (conejo).
  • Morder el labio superior y el labio inferior.
  • Sostener elementos entre el labio superior y la base de la nariz.
  • Con los labios juntos, llenar la boca de aire que se proyectará al exterior, venciendo repentinamente la resistencia labial.
  • Vibración de labios con fonación (moto).
  • Emisión (con las arcadas dentales unidas) de: iu, io, ui, uo.
  • Silbar.
Ejercicios de lengua
(Con la lengua más bien ancha entre los dientes y entre los labios).
  • Lengua plana dentro de la boca abierta.
  • Lengua plana detrás los incisivos superiores e inferiores.
  • Lengua ancha por delante de incisivos superiores e inferiores tocando la encía.
  • Doblar la lengua ancha hacia arriba y hacia atrás y hacia abajo y atrás.
  • Relamerse.
  • Chasquido. (Adherir bien la lengua ancha contra el paladar).
  • Vibración de la lengua entre los labios.
(Con la lengua normal o un poco puntiaguda).
  • Con la lengua angosta tocar las comisuras labiales.
  • Tocar el centro del labio superior e inferior.
  • Con la boca abierta pasar la punta de la lengua por el borde de los labios en forma circular, en ambos sentidos.
  • Con la boca cerrada, pasar la punta de la lengua alrededor de los labios en la pared bucal interior.
  • Colocar la punta de la lengua detrás de los incisivos superiores y de los inferiores.
  • Empujar las mejillas alternadamente (caramelo).
(Ejercicios para la zona media y posterior).
  • Colocar el ápice detrás de los incisivos inferiores, levantar la parte media.
  • Hacer gárgaras.
  • Pronunciar: [tók / tók / tók / ták / ták // ding / dong //bãng /bãng] secuencia fonética que transcrita ortográficamente sería toc, toc, toc, tac, tac; ding, dong; bang, bang.
Ejercicios de relajación

Existen distintas técnicas de relajación: de respiración, de concen-tración, de asociación de imágenes, etc., pero quizás la "Relajación Progre-siva de Jacobson" basada en la sensación que provoca la "concentración" y "distensión" muscular, adaptándola a la edad del niño y con el lenguaje apropiado puede ser una de las técnicas más apropiadas al tratar las dislalias .
Ejercicios de discriminación auditiva y fonemática
(Esther Pita en el cuaderno de fichas de "Prevención de las dislalias " propone, entre otros, los siguientes ejercicios).
1. Discriminación de la duración de los sonidos.
  • Discriminación entre sonido largo y corto
  • Discriminación entre sonido continuo y discontinuo.
  • Discriminación entre uno y dos golpes de tambor. Entre 2-3, 3,-4, etc.
  • Discriminación de secuencias: largas y cortas, continuas y discontinuas.
2. Discriminación de tonos.
  • Discriminación entre un sonido grave, medio y agudo. Combinarlos.
3. Discriminación de objetos y juguetes sonoros.
4. Discriminación de ruidos producidos por nuestro cuerpo.
5. Discriminación de vocales iniciales. El niño tiene que reconocer las palabras a través de la vocal inicial. Seleccionamos cinco fichas que empiecen cada una de ellas por una vocal diferente y nombramos con los niños cada imagen, después él tiene que señalar la ficha que previamente le hemos nombrado a su espalda. A continuación reconocerá la ficha diciéndole solamente la vocal inicial. En un segundo paso se le inducirá a pensar nuevas palabras que empiecen por una vocal determinada, dibujándolas en una lámina y fabricando así nuevas listas. Podemos hacer lo mismo con consonantes iniciales y con sinfones.
6. Discriminación de palabras monosílabas.
7. Discriminación de consonantes con oposición del rasgo sonoro-sordo. En este caso podemos proceder como indicábamos al hablar de la exploración fonemática.
8. Discriminación de consonantes con puntos de articulación muy próximos.
(Inés Bustos en las fichas para "Discriminación Fonética y Fonológica" propone los siguientes ejercicios).
  • Reconocimiento de imágenes cuya estructura vocálica es idéntica a la del modelo presentado.
  • Reconocimiento y selección de palabras que contienen idéntica estructura vocálica que el modelo.
  • Discriminación de la cantidad de elementos vocálicos que forman la palabra.
  • Reconocimiento de palabras de una, dos y tres sílabas.
  • Asociar palabras que riman.
  • Reconocer el ritmo o acentuación de la palabra (sílaba tónica).
  • Reconocimiento de grupos fonéticos dentro de una palabra.
  • Relacionar y escribir la palabra según sus componentes vocálicos.
  • Indicar la letra que cambia entre dos palabras.
Con el ordenador, utilizando distintos programas informáticos que trabajen estos aspectos, podemos convertir estas actividades en un juego de lo más atractivo para el niño. Entre los programas que trabajan la discriminación fonemática destacamos por su utilidad el programa Hamlet. Ed. Aquari Soft.

Intervención directa

Orientaciones generales para la intervención directa

1.     Enfoque pluridimensional. Este ha de tener un doble sentido, por una parte hemos de tener en cuenta, no sólo el problema de pronunciación, sino el lenguaje en su conjunto y al niño en su totalidad y por otra hemos de partir siempre de la colaboración con el resto de los profesionales que inciden en la educación del niño
2.     Conveniencia del tratamiento precoz. Progresivamente los órganos articulatorios van perdiendo plasticidad. Es más fácil corregir un rotacismo a los 6-7 años que a los 10 ó 12, además la persistencia del problema articulatorio puede crear problemas de baja autoestima en el niño.
3.     Importancia de la colaboración de los padres. Si les explicamos de forma clara y sencilla lo que pueden hacer y si además participan en alguna sesión de reeducación, tendremos en ellos un apoyo muy importante sobre todo a la hora de afianzar la articulación del fonema corregido.
4.     Partir de una buena evaluación (exploración). Esto nos permitirá seleccionar los ejercicios adecuados. Carece de sentido dedicar tiempo a hacer discriminación auditiva si el niño no tiene problemas en este campo o hacer ejercicios de labios, mandíbula etc. si no presenta problemas en la motricidad de esos órganos.
5.     Elaborar un programa de trabajo: nº de sesiones, duración de las mismas, ejercicios que vamos a realizar, materiales a utilizar, etc.
6.     Explicarle al niño en qué consiste el problema, lo que vamos a hacer así como el objetivo de cada ejercicio. Aunque tenga poca edad, si utilizamos el lenguaje adecuado, nos entenderá y su colaboración será mejor.
7.     Hacer una autoevaluación constante. Esto nos permitirá suprimir o variar ejercicios en función de los resultados.
8.     Intercambiar ejercicios. No debemos hacer monótona la sesión, si es necesario introducir alguna actividad lúdica.
9.     Si utilizamos algún aparato, familiarizar primero al niño con él, en este sentido es aconsejable dejarle el logofón para que juegue con él antes de empezar a utilizarlo.
10.                       Buscar la colaboración del niño. Nada ayudará tanto a la superación del problema como despertar el interés del niño, no sólo en cada sesión, sino también fuera de la misma. Es importante que siga practicando él sólo, como si fuera un juego, alguno de los ejercicios que hemos realizado en la sesión.
11.                       Importancia de la empatía y refuerzo positivo. Resaltar los avances, minimizar las dificultades.
12.                       Si no obtenemos los resultados deseados buscar información. En este sentido la bibliográfica sobre el tema o consultar con otro profesional, nos puede ayudar a mejorar los resultados.

Algunos materiales
Espacio físico adecuado, una colchoneta, espejo, depresores, materiales para trabajar: soplo, ritmo, discriminación auditiva, motricidad labial y lingual; libros de imágenes, libros de cuentos, algunos juguetes, alguna bibliografía, etc.
Aunque no tan necesarios como los anteriores, también son convenientes: logofón, espirómetro, ordenador con algunos programas y espejo de Glatzel

Estrategias a seguir en el tratamiento de cada dislalia
1.     En función de la evaluación, seleccionar los ejercicios del tratamiento indirecto: labios, lengua, paladar, soplo, respiración, discriminación auditiva, etc. adaptados al caso.
2.     Indicar en una lámina y en el espejo el punto y modo de articulación.
3.     Seleccionar las estrategias concretas de corrección. Para cada problema de pronunciación hay algunas pautas concretas que es fundamental conocer y seleccionar a la hora del tratamiento.
4.     Buscar sensaciones propioceptivas.
5.     Una vez conseguido el fonema articularlo progresivamente en sílabas, palabras y frases.
6.     Lectura en voz alta.
7.     Lenguaje espontáneo.

Clasificación de los fonemas del español
  • Por la acción de las cuerdas: sonoros y sordos.
  • Por la acción del velo del paladar: orales y nasales.
  • Por el modo de articulación: oclusivos, fricativos, africados, nasales, laterales y vibrantes.
  • Por el punto de articulación: bilabiales, labiodentales, linguodentales o dentales, linguointerdentales o interdentales, linguoalveolares o alveolares, linguopalatales o palatales, linguovelares o velares.